El dia antes de "Hoy no!"

El azar no existe, no ha existido nunca ni existirá y estoy convencida que nuestros actos son consecuencia de nuestra lógica que a su vez es activada por la razón y la pasión. Sólo sé que la única verdad en mi vida es que estoy en la plenitud de mi muerte con mi camino trazado y sólo me resta esperar su arribo. Me paro nuevamente hipnotizada ante el mar, mi mar. Igual de cambiante que yo. Mi mente esta lúcida y he trazado un plan impulsado más por la razón que la pasión esta vez. El mar, esa inmensidad de innumerables caretas y volteretas, a veces azul verdoso, otras veces azulino majestuoso o negro y oscuro como ahora ha apagado el temor y guiado mi razonamiento. Sí nací en el mar y soy del mar. Por eso me ha tranquilizado, cobijado e incitado toda mi vida. Por eso lo busque ahora cuando la desolación me impedía ver. Gracias a él y su infinita capacidad de adormecer o reactivar tribulaciones, hoy por primera vez logro pensar en mi trance y esta corta estadía que me queda en esta tierra. Ya no lloro. Desde ayer he dejado atrás la autocompasión .
No he llorado hoy, ni lloraré mañana. Me he secado, así como me seco por dentro. Logro ver mis condicionantes con calma, una calma que ha imanado de pasar estos días bajo estas estrellas, junto a mi mar, contemplando la nada misma y a la vez viéndolo todo. Siento cómo si ya no fuese yo, como que me he desdoblado y logrado ver en mi totalidad desde afuera. He visto mis arrebatos y agresividad, punzando primero antes de ser herida, he visto como mi independencia y autonomía ha dejado a otros con sensación de abandono desamparado. También he contemplado como soy capaz de reírme de mi misma y pedir perdón abrazando la diversidad y lo desconocido. En fin, he visto mis virtudes y defectos que componen mi naturaleza y han guiado mis pasos. He logrado recorrer mi historia de vida celebrando sus altos y repasando las caídas. He arribado a la conclusión que sí puedo irme tranquila y que mi última misión será dejar a los míos también en paz. Desde hoy siempre estarán los míos presentes en mi cercana no presencia, curioso como ellos estarán antes que yo por primera vez.
Curioso también ha resultado el mosaico de personalidades que he conocido durante esta semana. Ellas no se han cruzado en mi ruta por azar ya que cada una me ha dejado algo, cada una de ellas me ha dado luz. Nos hemos sentado a la mesa dia tras dia por ocho y una a una ha ido revelando su historia, sus tristezas, alegrías y proyectos. Sí, curiosas mis nuevas amigas que jamás volveré a ver.
La primera que se me viene a la mente es Mariana con su dulzura y apacible modo de enfrentar la vida. Definitivamente me he enriquecido conociéndola, ella irradia una cierta espiritualidad científica y analítica que ha servido para orientar mi alma hacia esta nueva paz interior. Lo que no logro entender es que hace ella junto al resto de nosotras, tal vez necesitaba un descanso de la miseria humana y ese dolor que invade a los pequeños de su clínica. Por otro lado, esta la dureza de Olga y su individualismo que me ha hecho pensar en mi hija. Ella vive buscando el éxito y reconocimiento en sus logros profesionales, conmocionando con verdades que impacten al mundo sin deternerse a evaluar si de pasada destruye individuos, reputaciones y familias. Ojala ese profesionalismo y fuerza de carácter estén en mi hija cuando adulta, pero que la compasión y empatía no le sean ajenas como a Olga. Ojala cuando grande, no la tilden de cabrona y espante el amor con su verdad y asertividad, dos rasgos mal entendidos en nuestra cultura provinciana y estereotipada.
Ahhh, los Bee Gees … los escucho a lo lejos, deben de estar bailando en la pista. Mónica habrá concretado el interés del abogado que la ha estado observando desde la otra mesa? Ojala estén bailando un lento bien apretatdito, y logré olvidar a ese ex - marido suyo. Uuuf, ahora tocan Massachussets … ay de mi … que momentos y cosquilleos, se apoderan de mi con esa canción, que pasiones y sentimientos se sacuden. Inevitablemente me llevan a Maitencillo, ese Maitencillo que me deleitó con fiestas, vivencias y provocó el frenesí de mi adolescencia. Buenos veranos, inmemorables e inmejorables momentos. Recuerdo como una noche estrellada, igual a la de hoy, sentada en la húmeda arena frente a la casa, con el melódico vaivén de las olas como mEusica de fondo, me susurraron Mira Niñita al oído y me regalaron las Tres Marías. No puedo evitar asociar mis amores con mi hijo, mi guapo Don JUan que conquista y le baila a la vida. Pienso en él, tan romántico y enamorado del amor. Tan parecido a mí en ese sentido. Sí, mi hijo, qué irá a regalar mi niño, a quién le susurrará? Sólo espero que le susurren de vuelta y sea amado igual como el ama.
Cuando regrese a mi camarote anotaré a los Bee Gees en mi lista, ya sé lo que debo hacer a mi llegada en ese respecto. Mi ser altruista nuevamente guiará mis próximos pasos, y me impulsan a buscarlo. Le diré cuanto significó para mí y cuanto lo lloré. Esa puerta entreabierta siempre me ha perturbado y la dejaré cerrada antes de partir.
Porqué desde que supe de mi pudrición interna sólo pienso en puertas? En realidad todo lo que queda de mi existencia la he asumido como un abrir y cerrar de puertas. Bajo otras circunstancias habría pensado que mi vida sería más que eso, qué evaluaría mi existencia desde un plano más poético o filosófico. Pero me ha dado por puertas. Será porque lo último que se cerrará en mi cara es precisamente una puerta? Creo que es como salir de casa dejando los cajones de la cómoda abiertos, o la tapa del WC arriba. Debe ser cuestión de orden y armonía.