Tendida en imaculada
asepcia
contaminada por flores.
Un teneu rayo de sol me saluda
y el ronroneo mecánico
alienta la atrofia
de una rodilla rígida,
hinchada y moribunda.
Escucho voces, risas y
unos tacones desafiando
el silencio
de esta asepcia
lugubre en paréntesis.
Deseo el canto del taconeo
rítmico de mis pies.
Escucho, pienso y recuerdo.
Luego añoro, sueño y levito.
Imaculada asepcia de la atrofia
y quietud.
Espero el canto de mis tacones
o el de tacones.
En fin, igual espero.
jueves, 8 de abril de 2010
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