Me he prostituido hace ya un buen tiempo andando por la vía en automático.
Solía disfrutar disminuyendo y luego parando, enganchando de cuarta a tercera y luego entrar en una estruendosa segunda.
El rojo era un desafío de cálculo y revoluciones ojalá sin caer en primera y silencio.
Si erraba y cesaba el murmullo, la segunda me desafiaba con balanceo de embriague y acelerador comenzando con una partida suave sin sobresalto.
Sí, la vía era un desafío con ronquidos, murmullos y también silencios.
El neutro me invitaba al juego de perspicacia y pericia donde la atención prevalecía eludiendo el rojo que cedería al verde de mi libertad.
Sí el rojo me sonreía de frente, la partida era súbita, estruendosa y ágil dejando a carrocerías atónitas contemplando mi estela.
Así fue por años hasta que repentinamente me encontré en automático que no presenta desafíos y me lleva por la vía en monotonía contemplando al vecino, mirando al peatón, viendo la estela de otros que ahora gozan siendo primeros en la salida.
Vida, ¿porqué me he prostituido optando por la comodidad e inercia de andar en automático en vez de reboloteando y disfrutando por la vía?
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3 comentarios:
siempre he manejado en mecánico, me parece que uno tiene más control sobre el vehículo, además, es más entretenido
Saludos !!!!
Muy bueno.... genial.. pero echa la pregunta .. manos a la obra para volver a revolotear y vivir feliz.
Besos
Deja el automático, que es lo que se lleva en la tumba, y entonces ya no se puede cambiar lo del punto muerto.
¡Hala!, abre la ventana, respira hondo y a vivir...
Un abrazo
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