Una mañana gris y triste de una semana cualquiera y a quién le importa el mes si total dentro de un año o dos ya pocos se acordaran del sepelio. Las corbatas se podían contar con los dedos de una mano, abundaban las suelas de goma y rucias teñidas con pelo reseco. Lloronas arrinconadas se manifestaban decibeles más alto de lo discretamente aceptable. Por otro lado asistían familiares directos cautos, silenciados y espectadores que sobrellevaban su dolor internamente preguntándose cómo fue que se había llegado a toda esta confusión y entuerto ...
¡La sangre une, la muerte reune y a veces confunde!
3 comentarios:
ufff, una situación triste, mejor no vivirla muchas veces. Besos.
¡La sangre une, la muerte reune y a veces confunde!
Hermosa, fuerte, negra, increiblemente bella.
Buen nudo y muy buen final.
Un abrazo con mucho cariño.
mmm fuerte situación, termina con excelente oración.
abrazos
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