Seis peldaños suaves y amistosos y te penetro. Avanzo con lentitud, y cautela como que si el ayer va a saltar y taclearme. Huelo encierro y humedad. Aire mustio, añejo y estancado igual que mi memoria en esos momentos. Mis ojos te recorren y se transforman en cámara reviviendo fragmentos de infancia retratados en los recovecos empolvados en que se van deteniendo. Las paredes deslavadas del hall de entrada, sin huella de pintura ni cuadros son el telón de este film de recuerdos mudos por la nostalgia de aquellos ya no presente. Hoy sólo adornan los muros musgo y telas de araña. Están pálidas y brota la cal llegando a su estado más crudo. Ya no recuerdo su color, pero los objetos de antaño vienen a mí. En la pared frente a la puerta principal colgaba un gong hindú de bronce y había un mueble lacado chino alto y rectangular decorado con nácar de dos puertas con tiradores de hilos sedosos rojos dónde mi abuela guardaba sus naipes de canasta, naipes de tarot y menesteres para sus ruedas de canasta y póker. Sobre ese mismo mueble había una especie de caja musical japonesa con geishas esculpidas en marfil que giraban en torno de si mismas entrando y salliendo por los arcos de una pagoda esmaltada en negro y rojo decorada con flores de guindo. Junto a este mueble había un estilizado tronco de guindo totalmente inútil tallado con mil y un recovecos. Muy agraciado, pero dignamente inútil. Podría haber servido para colgar carteras o dejar las bolsas de las compras! Todas las paredes ostentaban cuadros y habían diversos muebles de tipo árabe con incrustaciones de nacar, se destacaba uno que se tranformaba en mesa para jugar naipes con cajones secretos. Entretenido ese hall de acceso y de distribución de la casa. Miro el piso, desprovisto de vestimenta alguna con el parquet sólo tapizado por polvillo blanco de desamor, la cera es un mero recuerdo. Levanto la vista, el cielo es gris, opaco y lo alumbra una amarillenta ampolleta de 40W en vez de la lámpara de alabastro rosado que coquetamente colgaba de su soga de raso palo de rosa. Con toda parsimonia voy de pieza en pieza y sucede algo similar. Todo huele a decadencia y abandono. Al poco andar siento un escalofrío que me invade, es como si la desolación se apodera también de mi … termino de recorrer toda la casa de revivir mi infancia y traer a este mundo a mis abuelos y a otros a este entorno exangüe y me llega esa realización única que me deja estupefacta y helada … ¿acaso estoy más próxima a ellos que a mis hijos? Al salir al sol del medio día, desciendo los peldaños de la morada de mis recuerdos, me detengo y contemplo por última vez los jardines inhertes y despoblados de mis rasguños, cumpleaños y risas familiares. Libertad 546, seno de nostalgias y recuerdos por siempre ...
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8 comentarios:
Mmmmm.... me ha encantado Crea, sobre todo por que yo tambien tengo muchos recuerdos de mi infancia con mis abuelos, de esos muebles viejos, como baules, muebles con imnumerables cajones, lacados, vitrinas, niños jesús, etc... y son recuerdos para mi bellos.
De todas formas mis abuelos y en concreto mis abuelas son muchas veces el norte y guia de mis actos, seriedad, moral, educación, limites, respeto a la autoridad, etc...
Un besazzo
Conozco ese sentimiento... entre nostalgia y desolación.
Yo también pienso a veces que estoy más cerca de ellos que de mis hijos, pero...sólo a veces.
Visitar un lugar así, que nos trae tantos recuerdos es un golpe directo al corazón.
Saludos desde el lluvioso sur.
Los recuerdos nos invanden en ocasiones. Bonito post. Besos
Hay casas de mi niñez que ya no puedo visitar, salvo que me atreva a tocar la puerta de sus actuales dueños y me arriesgue a que me tomen por un loco, o un ladrón...
Hermoso post cargado de nostalgia, de la buena, de esa necesaria para vivir y entender el presente y de las que nos advierte que el apego solo debe existir a las personas, todo lo demás pasa.
Un gran abrazo.
me ha encantado y me ha emocionado tu mirada cargada de nostalgia
un beso
:)
Retorno de las nostalgias y los aromas que precipitan el encuentro con el pasado.
Siempre añejo?
Laberíntico?
Perpicaz?...
Como alguna vez escuche: "vivo con mis fantasmas y miedos en paz".
Saludos y Abrazos!.
Un paseo por el pasado hermosamente descrito. Tus hijos sin duda, ya no entenderán de qué se trata tu nostalgia. Por eso será que tantos recuerdos que una vez fueron importantes terminan arriconados en una casa de remates.
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